Arqueólogos alemanes han anunciado el descubrimiento del escenario de una desconocida batalla entre romanos y tribus germanas en la localidad de Northeim. En la zona, situada a unos 200 Km al suroeste de berlin, se han encontrado cerca de 600 restos de armas y utensilios militares romanos y germanos. Al hecho en sí, muy destacado en sí mismo pues supone un magnifico campo de estudio de las técnicas bélicas de ambos bandos, hay que añadir dos aspectos que lo convierten el algo único: el hecho de que los restos estén practicamente vírgenes de intervenciones desde que se produjera la batalla y otro aún más importante: que la batalla se produjera en el siglo III d.c, cuando no se tenían notícias de que el imperio mantuviera una gran estructura militar operativa (legiones de carácter ofensivo) en una zona lejana del limes (frontera) romana marcada con barro, sangre y humillación desde la derrota de Varo ante el caudillo Armínio en la época de Augusto, en la célebre batalla de Teutoburgo.
En teutoburgo, las tácticas de guerrilla que Arminió utilizó, así como su conocimiento del ejército romano, le permitieron tender una trampa mortal a las tres legiones que comandaba Quintilio Varo. Este ejército estaba encargado de mantener alejadas a las tribus germanas de las zonas vitales de la frontera romana. Varo, un discutido político romano amigo de Augusto, vió la posibilidad de asestar un duro golpe a sus enemigos represaliando la zona y de esta forma, asegurarse un triunfo en Roma como los grandes generales. En unos pocos días, el cuello de botella que suponía el entonces frondoso bosque de Teutoburgo, supuso que las ordenadas legiones romanas tuvieran que luchar al estilo guerrillero, con un terrible resultado, pues no volvieron más que pequeños grupos aislados de más de 13ooo soldados. Augusto, ya un anciano, al ser informado de la notícia, se paseaba desesperado por los pasillos del palatino dándose golpes en la cabeza y gritando: ! Varo, devuélveme mis legiones!!!. El golpe propinado por Armínio fue brutal y durante varios meses la posibilidad real de una invasión a la Galia e incluso Italia estuvo en el aire. Pero los ejércitos germanos no estaban organizados para ello y no entendieron que en aquel momento, y por la decisión de Augusto de reducir los efectivos después de las guerras civiles, no había más ejércitos entre ellos y Roma.
El enfrentamiento de Teutoburgo supuso el fin de la vieja aspiración de Augusto de avanzar la frontera romana desde el rio Rin hasta el Elba, creando así un colchón de seguridad ante la tan temida invasión de diversas tribus bárbaras y romanizando la zona. El hecho en sí ha sido estudiado en multiples foros y se considera uno de los elementos principales para especular sobre la posterior caía del imperio y el futuro mapa de Europa, con unas tribus germanas cada vez más fuertes y decididas.
Pero hemos de distinguir claramente ambos acontecimientos, pues los serparan más de 200 años. De confirmarse las fechas indicadas por los arqueólogos, deberiamos rediseñar el mapa europeo del siglo III, una época oscura y poco conocida por la ausencia de escritos y de grandes escritores que nos narraran lo sucedido. En teoría, y salvando las lógicas lagunas históricas, en aquella época el imperio romano no contaba ya con una infraestructura militar importante en una zona tan norteña y las sucesivas invasiones bárbaras habían provocado un repliegue general en Germania, la zona del Danubio y el norte de Rumanía y Hungría.
Podría en fin dar un poco de luz a un tema tan discutido y contradictorio como la caida del imperio romano.
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